Escritos de: Joel Fortunato Reyes Pérez. Page: 1

Joel Fortunato ReyesJoel Fortunato, nació en Cd. Cuauhtémoc, Chihuahua, México, en 1958 y es Médico Cirujano especialista en Psiquiatría por la UNAM, tiene tres Maestrías en Ciencias Educación, Sexualidad Humana y Educación Especial.

Autor del libro: «Poemas cercanos», Editorial Palibrio. Este libro recoge una colección de 150 poemas de la producción del autor. Poesías especialmente sugestivas que manifiestan profundos sentimientos y preocupaciones del alma y son una vía al interior del sentimiento y pensamiento del hombre contemporáneo donde los límites no se agotan y el lector se transforma en el principal actor y recreador de la obra escrita por el autor [...]
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pencilplus32.png Escritos compartidos por el autor. Índice de letras publicadas en esta página. Joel Fortunato Reyes Pérez.

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Obra escrita de Joel Fortunato Reyes. Edición autorizada.

Pasajero del silencio

Entré volteando por todas partes para ver si lo veía.
El viento al llegar más bien parecía invitado. Allí estaba
con la boca risueña y los ojos serios. Su voz salía de un
mar lejano por donde los instantes se derrumban, sin
hacer ruido, y vuelan como pájaros, y acampan en
lugares olvidados, qué de no intervenir la cercanía, sus
rasgos infinitos quedarían deslizándose por los breves
espacios sin rozarse siquiera, por el mismo lugar que
los iguala como una mera copia simultánea.

Se incorporó rápidamente, llevando consigo el libro
hasta la ventana.

__Esto es deprimente, pensó, es preocupante
e injustamente progresivo...

__Es adentrarse en la vegetación acuática navegando,
en la profundidad más ancha, de los espejos pantanosos
dónde emergen, tranquilos, los canales como algo nuevo
y asombroso, y eso implica la confrontación con lo qué somos.

El vidrio sólo respondía a través de su reflejo, pero le constaba
qué era mentira, qué algo había sucedido.
Y sin distracción seleccionó cada palabra del escrito......

Al otro extremo del tiempo, en los confines del viento, las
creaciones son más evidentes, ya qué los sueños más dulces
resultan ser menos antiguos, y ser muy transparentes sobre
los sólidos soportes de las noches circulares...

___Escribía recordando... Entre ruido y sonido.

___¡ Claro, claro!__Por eso vive ya en el ayer qué vendrá
descubriendo las palabras para iluminar la visión de ese cielo
interior. Ese lenguaje dónde las pupilas tejen nubes, y escriben
con estrellas al fondo del silencio. Ese lugar dónde se presenta
el florecimiento más íntimo, único, capaz de disolver los conflictos...

___¡ Con la mano ágil!.

En un fragmento de silencio, en uno de esos instantes qué a las
palabras escapan, y esquivan las prisiones de los sistemas, y las
ideas qué dividen la unicidad del ser total en múltiples problemas.
En el deseo de la paz, qué es el bien esperado con la máxima sencillez
de la verdad ignorada.

____Ahí, con un significado oculto, en un discurso cifrado también incluyó
sus nuevas diatribas, probablemente qué habían formado parte de ese
día, y de la vida qué podría seguir desglosando...

Y escribió, luego de enfrentarse consigo mismo, sin intermediarios...
___Es un estado sin límites, sin conclusión, es un movimiento permanente
en la cumbre que no interpreta, ni condena, ni enjuicia... Es... Es...

Con el sueño realizado, es forjar el renacimiento del evento, de gran diversidad
que por primera vez se exhibe, de ficción a ópera prima...

Hace mucho tiempo qué las últimas palabras rompieron la corteza del silencio,
avanzando como un cable en el abismo, en el qué las esperanzas ya no cuentan,
y la luz del sol rebota su carencia de alegría, envuelto de golpe en una noche
prolongada por las espinas enseguida de las cortinas...

___¡ Pasajero !, se decía, tal vez del silencio,
pasajeros somos de la sombra.
____Porqué así se nos interna diariamente, entre los intrincados paisajes de
zonas sonoras dónde una realidad se expresa, y se conjugan los rasgos
del sutil recorrido del sentir y el existir...

Son como un día lluvioso, de caprichosas formaciones rocosas, habitadas por
pequeños y fantásticos insectos, qué prueban su equilibrio ofreciendo un viaje
río arriba con pausada calma, y después partiendo hacia la exuberante reflexión
individual sin la mediación de un intérprete, y cambiando luego para siempre
el rumbo de los procesos mecanizados... Por ahí, y...

Dando una lenta mirada al desierto interno, en esa intimidad que rueda escandalosamente por las escaleras invisibles dónde las palabras sobran, y depositan ciclos de sueños que no viajan a ningún lado... Así, año tras año, terminó quedándose bajo el techo de su piel proporcionándose excursiones fingidas...

Pero si lo qué se busca es una experiencia enriquecedora de esto qué escribió...
Se encontrará sólo el camino de las solitarias ruinas qué fueron construidas
y habitadas solo por su ayer encubierto. Pues no se atrevió a redondear su pensamiento qué le esperaba todas las noches tras las cortinas como ese día...

___Se subió a su silencio, y se fue desapareciendo en las letras como el único
rayo de sol en su vida... ¡ En el vacío en qué la beatitud anida, y es de tipo creador !

__ ¡ Vaya, vaya descubrimiento !

Es la realidad luminosa sin alas qué tendré qué darte si me dejas llegar
a la ventana tapiada, otra vez dónde yo mismo soy un personaje qué no existe,
en el estado apacible... ¡ Sólo viajero del silencio!...

Y me encuentro... En el vacío creador... Transitando inmóvil...

Categoría: Cuentos

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

El último enigma

Cuando el aliento hubo al polvo desenterrado, una
voz se perdió entre los silencios, y las rodillas
volaron y devoraron su angustia al espejo en la
tormenta del escarabajo.
¡ Uf !... Los algodones presurosos embriagaron
al tabaco en el asfalto, los latidos espinados.
Entre la niebla limpia se cultivaron los huesos,
y se gastaron los escalones hacia el cielo
abajo de los pantanos en ruinas.
Los ojos cerraron las cortinas en el nido
de los remiendos-- mintiendo--con las manos,
por la orilla de las conchas.
El escombro y la codicia se expandieron.
Las langostas rindieron culto. Los fusiles
quemaron las rodillas a las balas.
En los vidrios de los vientos, aún desbordados,
los peces con flechas rociaron las nubes.
Mil campanas rodaron-- y en el mar de la
existencia, un reloj perdió el tiempo, desgajando
el vigor de la esperanza, y los íntimos cordeles
de la memoria, más allá del terremoto y la tormenta.
Un camello vendió la sed en cucharadas.
La red y los pulpos esculpieron al desierto,
y engendraron la orfandad en la sombra.
Las alas tejieron sus raíces.
Y el caos se refugió entre las lágrimas.
La sal se ha hecho negra y la luz espesa,
con la luna en el zapato adoquinado.

Desde entonces, el sol perdió su brillo
en las pestañas del gusano por los murmullos
del cobre. Luego, en la gruta ampulosa,
el engendro se engolfa destemplado.
Y el dedo que se mueve pierde el brazo.
Con la arrogancia que sofoca la ternura
en la sonrisa. Haciendo del asco la costumbre.,
de los pañuelos ignorados.
La mayor victoria fue hacer las cloacas
enormes. Degollar los cometas del subterráneo,
arrinconar todo fracaso en el techo y hacer
del lecho el averno.
Nada indecible fue posible.
La paz sudaba rabiosa, el sendero de las
hienas vestidas con cinismo.
¡ Qué graciosas las manchas de la sombra !.
En los trajes populares
de los semblantes deformes.
Donde el retroceso se yergue
con la estatura elevada del pozo
en cada escalofrío inútil.
___ ¿¿ Con qué cara el futuro nos espera ??.

Categoría: Relatos

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

El descuento perdido

( Anticuento Dadaista )

Era la tercera vez que decían lo mismo,
de una forma tan diferente que casi todos
dudaban que fuera un engaño, planeado
falsamente con mentiras verdaderas.
Contaban la historia conmovedora y de
un modo seductor después de un amplio
resumen de las vagas circunstancias; las
palabras fueron fuertes, claras, aunque no
dejaron de ser contradictorias, lo que
finalmente fue de la menor importancia.

Sucedió a un hombre que escribió su vida,
abarcándola toda de una ojeada, con los
detalles pequeños más lejanos en vastos
espacios, y grandes masas que no permitieron
olvidarse de los objetos indiferentes, y giraron
en torno a los acontecimientos, con todas las
formas y matices que un lector pueda imaginar.
Afortunadamente no hubo ningún distraído,
ni mucho menos cuidadoso, como parece ser
lo más común y corriente en las épocas que
vivimos más allá de las ventanas de la propia
casa ; y a pesar de los numerosos acompañantes
empaquetados en trajes oficiales.

Por otra parte, suponiendo que esto fuera así,
todo quedaría explicado y averiguado en la
totalidad del individuo que nunca existió, y
en la forma particular de su esencia interior,
quedar reducido a un simple caso de confusa
abstracción. y de manera inmediata unilateralmente
representada. A esto hay que agregar, que cada
uno entiende las cosas según su criterio, aunque
nadie creyó tener la razón absoluta, así que todos
lo aceptaron sin discutir, es más ni siquiera intentaron
entenderlo a medias, y dentro de la fuerza que palpita
en su vegetales sonrisas como agujas magnéticas.

El escrito al perderse solo dejó en la memoria, una
especie de tema de la vida, donde se describe a
diario lo que la muerte niega; una verdad a medias
dicha en las sombras... Y terminaba diciendo :
Por eso he escrito los sueños que no soñaré nunca,
ni recordaré los olvidos que no han llegado, ni dejaré
visible la pesantez o la electricidad de las emociones.

En sus últimos días escribió un metro de letras donde
las palabras ayunaron del primer sonido caminando
bajo el suelo, arriba de la mesa, entregado a la inspiración
de su corta vida con el perfume de sus pasos de terciopelo.

Esta sección es quizás la más adecuada para colocar
las rodillas entre las alas de su pluma que espera ser leída
cuando se encuentre nuevamente la cuarta vez,
para repetirlo entre los fragantes arbustos de las
hojas perennes, y con la veneración por el olvido forzado.

Categoría: Cuentos

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

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