Poemas de: Joel Fortunato Reyes. Page: 7

Joel Fortunato ReyesJoel Fortunato, nació en Cd. Cuauhtémoc, Chihuahua, México, en 1958 y es Médico Cirujano especialista en Psiquiatría por la UNAM, tiene tres Maestrías en Ciencias Educación, Sexualidad Humana y Educación Especial.

Autor del libro: «Poemas cercanos», Editorial Palibrio. Este libro recoge una colección de 150 poemas de la producción del autor. Poesías especialmente sugestivas que manifiestan profundos sentimientos y preocupaciones del alma y son una vía al interior del sentimiento y pensamiento del hombre contemporáneo donde los límites no se agotan y el lector se transforma en el principal actor y recreador de la obra escrita por el autor [...]
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pencil32.png Poesía compartida por el autor. Índice de poemas publicados en esta página. Poemas de Joel Fortunato Reyes Pérez.

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Obra poética de Joel Fortunato Reyes. Edición autorizada.

Sobria coraza

(Texto Experimental Neosurrealista)

Callada
la vieja
soledad
salió de viaje
por la esquina
de un recuerdo
desnudo
el frío
¡ desnudó su calor !
En el suplicio de una sonrisa
¡ sin color vestida !
Cuando el cristal intentaba ser aire...

Pero sobre todo, por ser inmaculado el tiempo lento,
al que nadie acompaña con sus riesgos, de anaranjado
letargo sin sentido, en los minutos más grandes, y en
los segundos que llegan primero, al explosivo fondo de
la superficie, que se despega del perfume, del último día
del último sueño, del despertar que no se recuerda, ni
se recorta, ni se deja escondido bajo la almohada...

Pues
la imagen
se palpa
erecta
sin ser forzada
por el fuego dulce
ardiente
licor
de la circunstancia súbita
con el
aliento
del verbo falso
en el amor de seda y metálica vereda
de cortezas como pieles de emociones
de visiones como mieles de consuelos
¡ Ingrávidos, inasibles, armoniosos... !
Con
La
Sobria
Coraza
Esmerilada... En el bosque sembrado de ventanas,
con la puerta que hiere a los peñascos de nostalgia,
y guarda los rencores bajo el zapato, que da sus ojos
y limosnas a la calle muerta, donde se quiebra el estilo
del reflejo con el tibio torbellino del destino inclemente.

Sobreabundante palpita, sobrecogedores latidos, sobrenadando cubierto...

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Condescendiente

(Texto Experimental Neosurrealista)

Con
Descendiente
El
Abuelo
Padre
Hijo
Piensa
Siente
Asciende
Por
El tiempo
En que nada
Es igual
Sobre
El agua
¡ Qué corre !
En los párpados de una gota
En los recuerdos de una pestaña
En los momentos de los huesos
En los sentimientos de la piel...

Donde bajan los antecesores que llegaron tarde al humo
con la base de arenisca, y cuatro metros de suspiros en
las nubes, que en sus manos tienen que pagar sus multas
altas, al horizonte que no se disculpa, ni con su equipaje
baja por las montañas, alrededor de la cabeza nudosa de
un báculo de tiempo, alambicado en el rostro de un reloj
desorientado, en los muslos de una brújula, que trota por
la tierra de los toros... ¡ Condescendiente !.

Porqué el crepúsculo del eco
se despide
en el olvido
donde
la distancia
teje a los recuerdos
en la máscara
del corazón
frío
en el fondo
del sol desnudo
abandonado
en el llanto
de las nubes alegres...

A un grado tal que hoy apenas tenemos idea del lugar
que ocuparon, saqueados y reducidos a piedra y ladrillos,
bordeando un recodo que descuelga sus cortinas de las
enredaderas, tímidas del camino recorrido, que quiso
construir sus propios sentimientos de caramelos esparcidos
por doquier, y contrariado hasta llegar a la escena de su
destrucción para otros fines... Meditabundo, sonriente,
con los ojos entornados, y cubiertos con bajorrelieves de
sus batallas en el aire, siguiendo caprichosas formas leves,
y vaporosas en los excedentes de la producción...

A
pesar
de la
situación
de
esas oleadas
inquietantes enclavadas en el valle
deformado
poco después
en busca de su historia
arrojada a la confusión
por la retirada precipitada
en las etapas más atractivas
evitando
caminos tortuosos... Y el ser uno mismo... ¡ Condescendiente !.

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Alas

Alas.
El viento
se llevó aplaudiendo. Alas.
Un suspiro
violeta.

Palabras bajo el agua. Alas.
Luz
en el
corazón.
Fuego en el alma.

Alas.
Palomas
en los hombros.
Flores en la espuma. Alas.
El tiempo por el viento.

En el perfume musical de cada brazo.
Raíz del cielo. Terciopelo de la tarde.
El mar en las pupilas. Dibujando frutas del amor.
Manzanas doradas, mangos de plata, fresas brillantes.
Largos momentos de sueños. Pasión añil.

Alas.
Compañía de mármol y granito.
En las alas.
Memoria de joyas. Protección. Cuidado, Apoyo.
En las campanas las cálidas caricias.

La misma
vida
compartiendo.
Los dolores y risas. Alas, alas.
Las alegrías y las lágrimas.

Cuando
el viento
aplaude. Alas.
En las violetas del agua.
Los suspiros de fuego.

Van al corazón
del alma.
Porqué
eran invisibles
las manos. Alas.

Del
dormir
con las alas
en las nubes.
Las plumas.

Al volar soñando.
Al dormirse
sin ser ángel
del buen tiempo.
En las alas.

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Por el amor

Dorado al trono el cenit asciende
Un sereno día al copiado brillo
Subiendo a la mitad del cielo
Rueda luciente que pausa pide
A la noche triste calmo sueño
A la luz distante un pálido reflejo
Que camina de frutos lleno
Con la rosada aurora al margen
Por
El
Amor
Fantástico
Y glacial
Y especial
A veces
¡ Perfume salvaje, arroyo sombrío !
A veces
Por
El
Amor
Se vive y se muere, se goza y se sufre
Entre la sombra y la luz, fuego helado
Húmedo al sueño implora el trino...
¡ Por el amor, por el amor !.

De la elevada cumbre cuando amanece
El hierro oculto al sobornado siervo
Que solo escudo de su sombra tuvo
Una tempestad de horror en torno
Torciendo al dulce y reposado sueño
Con aquello que la noche encubre
Al ruiseñor en las hojas escondido
Por el rigor del amoroso llanto.
Por
El
Amor
Tal vez
Un fulgor
Primero
De lámpara
Virginal signo
Una vez intensa
Una vez ingenua
La mañana
En ese momento
En ese lugar
En esa nube
Tentadora
En la sagrada memoria.
¡ Por el amor, por el amor !
El fanatismo impío la tierra inflama
Con la faz marchita del dolor nublada
El mar esconde y borra su verde espuma
Entre la pena su soledad sublime y seria
Al escuchar los ecos del humo frágil
Al deseo del ensueño delicioso amor
Al sembrar el encanto descontento.
Por
El
Amor... Por el amor...

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Preponderante

Nieva la noche aquel instante
susurrando el abismo pasa afilado
el horizonte en la yerba dispersando
la historia marchita en la escarcha
escuchando en la bruma fatigada
tanto destino de luces apagadas
tanto bosque de odio ahogado
por los faroles con luto
envenenando el criterio deshecho
desordenada la memoria aturdida...

¡ Necios sin remedio la vida enlodan !
Fresca la sequía dilatando las pupilas
derrite a las palabras sus verdades.

¿ Quién hay que la razón escuche
del lúgubre lamento extinto
los hechos que no deben repetirse ?.

¿ Quién del sufrimiento
hace ahora su negocio ?

El anochecer de la nieve incomprensible
audaz abate a la ceniza inofensiva
con la ordinariez inservible del disimulo
adornando a las quimeras con artificio.

¡ Hoy que lo efímero es más que fugaz !
¡ Hoy que lo temporal es más que breve !
¡ Y las tinieblas más que perdurables... !
___ En la consciencia embalsamada con apremio___

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Si puedes…

Recuerda
Almohadado, corre después si quieres
la desazón no puedo doblar en la esquina.
Los piscívoros enrojecerían como encrudecen
para ocultarse antes del amanecer ligeros.

Me has dicho como exhalan holgados.
Mis exangües alaridos por ahilar
en el campo despierto y la ciudad dormida
con el sabor espiriforme y fétido solícito.

En nuestra piel nevosa reflorece la sequía
En mis huesos destejen cereza cada noche
los escuálidos satélites zurciendo montículos.
El sol aunque amarillare tarde enverdece.

Me olvidarás cuidadosamente almendrado
por encima del ocaso disociado.
Me olvidarás adormeciendo la voz
escondida en la semilla ennegrecida.

¡ Mírate !, Desnudo al embarbecer angelado
aquello que azularía urgido de platear.
Pregúntate si quieres, entenebrecer dulce
al ácido trajeado más allá del quizá.

Reconsidera, si volarás desentumeciendo
las alas deshonrosas al rojear.
Por el espéculo enmielado célibe cíclope
pendiente sin falta del prismático ridículo.

He buscado defender al tiempo entristecido
por colocarlo en inhóspitos atardeceres,
sin escucharlo, ni acariciar el sueño,
pródigo en flautas fulgurantes.

Escucha como sucedió el rodaje
cuando el murmullo escapó por la ventana
nadie preparaba las dudas suplantándolas
y no tenía exactamente un olor fresco.

Descansa, nada importa al sol el día
aún si reverdeciere después de amarillado
y nosotros manufacturáramos focas
multando a las cenizas con espuma.

De nada sirve al miedo endentecer
al ovejero con subterfugios belicosos
de los insomnios al correr acojinados
cuando a lo lejos pase poco.

Hoy me encuentro en la soledad
inexplorada por tus preguntas al olivo
colorido de las letras usando collares
en la vergüenza demasiado pronto.

Recuerda, recuerda, recuerda,
si quieres cuando puedas olvidarte
del agua humedecida a cada instante
tan lentamente hecha hollín con seda.

→ Joel Fortunato Reyes Pérez

Poesía de Joel Fortunato Reyes Pérez, Page: 7

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